lunes, 1 de octubre de 2012

A Belén y Manolo, que se han casado en este inicio del otoño de 2012. Felicidades.



Nosotros


Sonrío, al evocar el día en el que apareciste, así, sin más. Lo recuerdo como si no hubiera pasado el tiempo.

Y ahora, míranos, ¿quién nos lo iba a decir?

Entraste en mi vida sin avisar, y te hiciste con ella. Te convertiste en una necesidad. Aunque fue una necesidad recíproca, pues yo también me hice con tu vida.

Hicimos de nuestra existencia una mutua adicción.

Y, desde ese momento, empezamos a crear nuestra propia realidad. Realidad perenne, la que nos empuja hoy a estar aquí.

Pero cuidado, te digo. Seamos prudentes, pues, en ocasiones, me sorprendo gastando tus bromas, y haciendo tus tonterías. Y me gusto, pero a la vez me asusta,
pues puede llegar el momento en el que no me encuentre.

Seamos, como las cuerdas de la guitarra, donde cada una tiene su nota, pero que juntas suenan en armonía.

Por eso, cariño, te digo, que sepamos convivir, más también conservar nuestra identidad.

Y ahora, respóndeme: Qué será de mi, si un día, de repente, desapareces.

Qué será, dime, pues tú eres la causa de mi felicidad.



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