sábado, 22 de septiembre de 2012


No me odies


No me odies. No lo hagas porque ya no sienta lo que antaño sentía, pues nadie es dueño de sus sentimientos.

No me odies por no haber buscado una casa para los dos, pues nos hubiéramos arrepentido.

No me odies. No lo hagas porque no hayamos tenido nuestros hijos, pues, ¿qué hubiera sido hoy de ellos?

No me odies, porque odiando no te estás respetando.

No me odies. No lo hagas por no firmar hoy lo que otrora sí hubiera hecho: no separarnos jamás.

No me odies porque dejara de quererte.

No me odies. No lo hagas, porque odiar, como siempre dice mi madre, es un lastre.

No me odies, aspiras a algo mejor.

No me odies. No lo hagas, pues vales mucho, y tienes un mundo de posibilidades por descubrir.

No me odies por estas razones que te doy, pues nada se merece que odies.

No me odies. No lo hagas, pues el amor se acabó, y hubiera sido de cobardes, y conformistas, mantener algo muerto.

Además, no seas hipócrita, tú también dejaste de quererme, y de pensar en nuestra casa, y en nuestros hijos.

Y cuando eso pasó, ya no hubieras firmado un amor eterno como otrora sí hubieras hecho, porque el amor se acabó. Y el amor, como los sentimientos, son algo que no podemos controlar.

No me odies. No lo hagas, por favor, porque aunque no hayamos tenido nuestra casa, ni nuestros hijos, ni nos queramos ya, me sigues importando.

Así que no me odies, y sé feliz, pues si tú eres feliz, yo tengo una razón más para serlo.

martes, 11 de septiembre de 2012

Oda a la desconsideración


Apartad, ¡me agobiáis!

Dígale a sus niños que dejen de corretear, ¡invaden mi espacio vital!

De acuerdo, no estoy en mi casa, pero esto es un espacio público, y por esto, todo el mundo tiene derecho a sacarle provecho.

No alcanzo a comprenderlo..., tiene un kilómetro de playa, ¡e hinca el palo de su sombrilla a un metro de mi toalla!

No pido un radio a mi alrededor de 10 metros, que por otro lado no estaría mal para empezar, ¡pero es que estoy oyendo el menú que ha traído para jamar!

¿No puede entender que no está en sus dominios privados?

Señora, por favor, que cualquiera diría que una semana va a acampar..., ha montado un chiringuito lo suficientemente grande como para que su marido, la pareja de viejos, ese que roza la cuarentena, los tres niños hiperactivos y usted, quepan para almorzar, ¿no puede pensar que semejante tinglado, a un paso de mi humilde asentamiento, puede hacerme sentir fuera de lugar?

Si tan sólo es una cuestión de empatizar... No joda, señora, póngase en mi lugar.