(De)predadores
y presas
En
este blog vamos a refrescar un conflicto que la sociedad española
tiene relativamente olvidado, pero en el que el Gobierno de España
(del que no quiere oír hablar ni en pintura) y los españoles
estamos íntimamente vinculados, y del que somos responsables
principales. Vamos a hablar del martirio que sufren y que llevan
sufriendo los saharauis desde hace más de 30 años, desde 1975.
Comencemos
con una breve cronología: Aunque el conflicto
propiamente dicho comienza a la muerte de Franco, todo empieza a
gestarse hace más de una centuria, en la época
dorada de los imperios europeos, cuando las ambiciones
expansionistas y colonialistas de las naciones de este continente los
llevaron a convocar la Conferencia de Berlín en 1884, cuya empresa
no era ni más ni menos que la de repartirse África. Como quien se
reparte un pastel. Con dos cojones. En esta conferencia España pidió
administrar unos territorios que se encontraban entre Marruecos y
Mauritania, dando a la costa por el oeste y con Argelia por el este,
y que estaban habitados por tribus nómadas independientes las unas
de las otras. Estas tribus no constituían organización estatal
alguna, pero entre ellas había, como siempre ocurre con la “madre
patría”, sentimientos de identificación hacia sus tierras, hacia
las tierras que les daban de comer.
Años
más tarde, en 1958, España pasa a incorporar a la colonia africana
a su organización territorial, denominándola provincia española.
Poco después, en 1973, los saharauis crean el Frente Polisario
(organización político-militar armada del Sáhara Occidental para
la independencia) para luchar contra la presencia española en su
territorio.
En
1975, con Franco moribundo, España se ve obligada a abandonar el
Sáhara Occidental ante la ocupación del territorio mediante la
Marcha Verde por Marruecos. Esta ocupación, que se publicitó de
pacífica, y que fue financiada y diseñada en gran parte por los que
alardean de valores democráticos, los Estados Unidos de América,
acabó bombardeando ciudades. Esto sería el inicio de una pesadilla
que aún perdura hoy. Marruecos ocupó el norte del Sáhara y
Mauritania hizo lo propio por el sur. Este año el Sáhara deja de
ser provincia española. En este contexto, el argumento marroquí que
intenta legitimar esta acción son motivos políticos e históricos:
“El Gran Marruecos”, que debía extender sus dominios por todo el
noroeste africano. Este Gran Marruecos era, y es, una política
fascista y expansionista que carecía por completo de legitimidad. No
obstante, el motivo real de esta ocupación fue el el descubrimiento
por los españoles de los incalculables recursos naturales de que
disponía el terrotorio saharaui. El que España estuviera
atravesando una etapa de tensión con Franco dando sus últimos
suspiros fue bien aprovechado por Marruecos y Mauritanua, nos puso
entre la espada y la pared, y todo ello desembocó en los vergonzosos
y patéticos para la historia española “Acuerdos Tripartitos de
Madrid”, en virtud de los cuales España se comprometía a salir
del Sáhara Occidental, pasando a compartir la administración de
este territorio con Marruecos y Mauritania.
Un
año después, en 1976, la ocupación provoca el éxodo
de gran parte de la población saharaui, yendo a parar a los campos
de refugiados que el Gobierno argelino dispuso en su territorio para
los inmigrantes,
justo en la frontera con el Sáhara. Por este entonces decreta el
Frente Polisario el nacimiento de la República Árabe Saharaui
Democrática (RASD), de amplio reconocimiento internacional en la
actualidad. Con la RASD la población del Sáhara Occidental se
constituye ya como una nación propiamente dicha, pero en el exilio.
Desde
1975, como vemos, el Frente Polisario cambia de ocupador y comienza
una nueva guerra armada contra los nuevos inquilinos de sus tierras.
Al ocupador más débil, Mauritanua, le flaquean las fuerzas ante las
ofensivas saharauis y se le obliga a capitular,
firmándose la paz. No obstante, en cuanto se hubieron retirado los
mauritanos del sur, llegó Marruecos como ave de presa y terminó de
ocupar el resto del territorio saharaui.
En
1980 el Gobierno marroquí reduce en gran medida las posibilidades
militares del Frente Polisario, pues comienza a construir un “muro”
que divide el Sáhara Occidental de este a oeste, quedando la parte
oeste ocupada por Marruecos, y la este, ésteril, por los autóctonos.
De esta manera tan sutil afianzó Marruecos su posición en la parte
rica del territorio saharaui.
En
1988, 18 años después de iniciado el conflicto, la Organización de
Naciones Unidas, sin faltar a sus costumbres, se decide a entrar por
fin en escena. Se crea la Misión de Naciones Unidas para el
referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO), que será la
encargada de ejecutar el plan de paz que ha ideado y que tanto
Marruecos como el Frente Polisario aceptaron. Este plan de paz
consiste en la realización de un referéndum para que los saharauis
puedan ejercer el derecho a la autodeterminación de su pueblo.
También tendrá como función supervisar el alto al fuego acordado.
No obstante, el referéndum, planeado para 1992, no llega a
realizarse, pues no había acuerdo sobre cuál debía ser el censo a
utilizar. El Frente Polisario defendía que el censo a utilizar debía
ser el realizado por España en 1974, y Marruecos, por su parte,
sostenía que en el censo debían incluirse también a los marroquíes
que ocupaban el territorio. Desde entonces hasta hoy aún no se ha
realizado el referéndum debido a estas discrepancias sobre el censo.
Y mientras tanto continúa la guerra entre Marruecos y el Frente
polisario, y la opresión del primero sobre el segundo.
Muro
de la vergüenza: En este conflicto tiene un papel muy destacado
el muro al que antes hemos hecho referencia. Aunque no es tan popular
como el ya caído muro de Berlín, o los muros de Ceuta y Melilla, es
tan vergonzoso como el que más. Cuenta con más de 2700 kilómetros
de longitud, recorriendo de norte a sur todo el territorio saharaui,
y dividiéndolo de este a oeste. Al oeste se encuentra la zona
marroquí ocupada, la zona rica que se abre al Atlántico,
permitiendo que Marruecos explote ilegalmente y se enriquezca de los
yacimientos de fosfatos (de los más grandes del mundo), del banco
persquero (el mayor de África), así como de la sal, hierro, gas y
petróleo que existen ahí. Y al este están los territorios
liberados del Sáhara Occidental, que son territorios estériles y
desiertos. El muro se compone de arena, piedras, alambradas y minas,
y está custodiado 24 horas por más de 160000 soldados marroquíes.
Destacar que EEUU y Francia pusieron su tecnología al alcance de
Marruecos para su creación. Fue construido para defender la zona
ocupada de los ataques del Frente Polisario, garantizándose así
total impunidad para con los recursos naturales que ahí se
encuentran. El muro impide así mismo la unificación del pueblo
saharaui, y que aúnen sus fuerzas para luchar contra la ocupación y
contra la represión. El muro ha dividido a la población saharaui y
a sus familias, que, desde su construcción, que duró 7 años
(1980-1987), llevan sin poder verse. Parte de las familias están en
territorio ocupado, al oeste del muro, parte en los territorios
liberados, al este, y parte también en los campos de refugiados del
desierto argelino.
Testimonio
de un saharaui que se encontraba en la parte este del muro, la
estéril: “Tener tan cerca la patria y no poder llegar es como
morir de sed cerca del pozo”.
Abordando
otro punto, que no tema, seguro que aún permanece, al menos en la
recámara de vuestra memoria, el recuerdo de aquella activista
saharaui de nombre Aminetu Haidar que tanta repercusión tuvo
en los medios. Esta mujer permaneció en huelga de hambre desde el 15
de noviembre de 2009 hasta el 17 de diciembre del mismo año (algo
más de un mes), y conmocionó y concienció a gran parte de la
población mundial sobre este conflicto. ¿Por qué dejo de comer?:
Proveniente de EEUU, al entrar en El Aaiún, en el aeropuerto,
escribió en el requisito administrativo, en el apartado de la
nacionalidad, que era ciudadana saharaui, no marroquí. Las fuerzas
de seguridad marroquíes, al leer esto, la detuvieron, desposeyeron
de su pasaporte y deportaron a las Islas Canarias. Allí, nada más
aterrizar, en el mismo aerpuerto, inició una huelga de hambre
reivindicadora de su derecho a ir a El Aaiún y a poder constar que
tiene nacionalidad saharaui, y denunciante de la complicidad del
Estado español con Marruecos. Este vergonzoso suceso por parte de
Marruecos provocó numerosos movimientos civiles y acciones
diplomáticas de presión por parte de la ONU, EEUU y Francia
(fachada democrática: hipocresía gratuita) hacia este país para
que Aminetu Haidar pudiera regresar a El Aaiún. Finalmente, la
activista pudo volver a la capital de su país.
El
caso Aminetu Haidar (que por cierto sufrió cuatro años de prisión
y torturas entre 1987 y 1991) constituye tan sólo un ejemplo de las
atrocidades que el Gobierno de Marruecos lleva a cabo en el Sáhara
Occidental desde 1975, cuando la Marcha Verde ocupó el país. La
finalidad que persigue esta represión es sembrar el pánico entre la
población saharaui que apoya al Frente Polisario. La práctica de
esta represión se traduce en detenciones arbitrarias, con condenas
que llegan hasta la cadena perpetua o la pena capital; torturas en
los procesos interrogatorios, como pueden ser la ingestión de
excrementos por la fuerza, arrancar uñas de pie y manos, aplicar
descargas eléctricas en los genitales, la penetración del ano con
botellas...; destrucción de pozos, tiendas, aldeas y matanza del
ganado en la población nómada del este del territorio, con el fin
de obligar a éstos a emigrar a las ciudades para un mejor control
sobre éstos de los marroquíes; crímenes ecológicos; así como
atrocidades tan grandes como el enterramiento de saharauis vivos en
fosas comunes (a lo que permítanme que denomine genocidio) o el
lanzamiento de éstos al vacío desde helicópteros.
El
Gobierno marroquí encubre estas prácticas represivas con la
ocupación militar del territorio del Sáhara Occidental y con el
control de los medios de comunicación (con lo cual, aparte de lo
dicho, que no es poco, hay más de lo que no tenemos ni idea). Según
las propias declaraciones de Aminetu Haidar: “El problema del
Sáhara Occidental es el bloqueo informativo.”
Todas
estas violaciones de los derechos humanos no encontrarán fin hasta
que el Sáhara Occidental no ejerza el derecho a la libre
determinación de su pueblo a través del referéndum, y, como
consecuencia, Marruecos deje de ocupar ilegalmente su territorio.
Y
si vergonzosos son tanto las sistemáticas violaciones de los
derechos humanos como el anteriormente mencionado muro, al mismo
nivel se sitúan las actuaciones de los países que mantienen
acuerdos económicos con Marruecos, los cuales permiten y consolidan
al ocupador en territorio ocupado con total impunidad. Hablemos ahora
del expolio de los recursos naturales y de los acuerdos
comerciales que tienen lugar en tierras saharauis.
Como
en la mayoría de los conflictos, ya sea a nivel regional, estatal o
internacional, el factor económico es siempre uno de los
determinantes, si no el que más, de la existencia de éstos; y el
conflicto del Sáhara no es una excepción, aunque también
intervienen factores históricos y políticos, como hemos dicho al
comienzo de la denuncia, pero éstos son de menor envergadura.
.
Los
convenios comerciales que los países europeos y EEUU tienen con la
monarquía son numerosos, lo cual hace
a estos países cómplices del expolio. Actualmente Marruecos es el
primer exportador mundial de fosfatos, y los países occidentales los
grandes consumidores. Según la Organización Mundial del Comercio,
en 2007, más del 70% de las exportaciones realizadas por Marruecos
tuvieron como destino la Unión Europea. De la misma manera, en 2006,
la UE y Marruecos llevaron a cabo un convenio de pesca que incluía
las aguas del Atlántico pertenecientes al Sáhara Occidental. La
gota que colma el vaso es el hecho de que, de las 119 licencias de
pesca que se concedieron a la UE, 100 fueron precisamente para
España, país ex colonizador del Sáhara y responsable
del proceso independentista de éste (responsabilidad reconocida por
la ONU). Expirado el pasado mes de febrero dicho acuerdo de pesca,
este tema se encuentra actualmente en el Parlamento Europeo,
discutiéndose sobre la creación de uno nuevo. Sin vergüenza
alguna, estos acuerdos entre España y Marruecos son silenciados por
la clase política y por los medios de comunicación españoles.
Actualmente, empresas americanas y francesas tienen licencias de
extracción de gas y petróleo en la costa saharaui, lo cual
consolida relaciones entre estos dos países, que justamente son
miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, y el reino de Marruecos.
Esto implica que a la hora de tomar el Consejo de Seguridad medidas
para erradicar la situación de ocupación ilegal de Marruecos, que
estos dos países puedan ejercer su derecho de veto y bloquear así
las medidas.
Como
vemos, a la mayoría de los países consumistas les conviene que
Marruecos ocupe el Sáhara Occidental. No hay voluntad política de
terminar con la ocupación. Estos acuerdos comerciales son la gran
estrategia de Marruecos para consolidarse como potencia ocupante.
Veamos
ahora cuál es la base jurídica que apoya mis argumentos:
Como
conflicto internacional, el derecho que aquí entra en juego es el
Derecho Internacional. Y el Derecho Internacional por
antonomasia es el derecho que ha emanado de la ONU y de sus
organismos a partir de la segunda mitad del siglo pasado.
Uno
de los mayores logros de la Organización de Naciones Unidas ha sido
el proceso de descolonización del continente africano. A día de
hoy, todos los pueblos de África han ejercido su derecho a la
autodeterminación, sin perjuicio de los problemas que se han
derivado en la mayoría de los casos de la incapacidad de
autoadministrarse del territorio desconolonizado, lo que ha dado
lugar a las guerras civiles que hay y a las que ya acabaron (lo cual
no deja de ser un despropósito). Todos han ejercido su derecho a la
libre determinación, menos uno: Sáhara Occidental.
El
punto de partida del proceso independentista del continente africano
comenzó con la resolución 1514 de la Asamblea General de la ONU de
1960, sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos
coloniales. Importante papel es el que le corresponde desempeñar a
España a la hora de aplicar esa resolución, en virtud de su
posición como ex potencia colonizadora. Ésta es una obligación
internacional de España reconocida por la ONU, y no se puede
desprender de ella el actual Gobierno de Rajoy, tal y como hizo el
anterior Gobierno de Zapatero, que prefirió mostrarse neutral e
incluso condescendiente con Marruecos con tal de no confrontar
intereses norteamericanos y franceses. La responsabilidad del
Gobierno español respecto del Sáhara Occidental concluirá una vez
que se realice el referéndum.
La
Corte Internacional de Justicia dictaminó en 1975 que la resolución
1514 era aplicable al caso del Sáhara Occidental: Se estaba
reconociendo que la ocupación era ilegal y por la fuerza, y que
Marruecos violaba el derecho fundamental de los saharauis a su libre
determinación. No existe, por tanto, soberanía reconocida de
Marruecos sobre territorio saharaui, por lo que no se puede
considerar éste como parte integrante de aquél. De esta manera, el
territorio saharaui y todo lo que existe en él pertenece al Sáhara
Occidental, por lo que la explotación de los recursos naturales que
Marruecos lleva a cabo es ilegal, y, así mismo, todo país debe
abstenerse de comerciar con Marruecos, pues esto supone reconocer esa
soberanía que no existe.
Como
último recurso jurídico, la continuación de la ocupación ilegal
por la fuerza podría dar lugar a la aplicación por el Consejo de
Seguridad de las medidas del Capítulo VII de la Carta de la ONU, es
decir, la interrupción de las relaciones económicas y diplomáticas
y de las comunicaciones con Marruecos, así como la utilización de
la fuerza para restablecer la paz y seguridad internacionales. No
obstante, esta vía es poco probable debido a que, como hemos
remarcado ya, Marruecos cuenta con el derecho de veto de EEUU y
Francia en el Consejo de Seguridad.
Así
mismo, la Sociedad Internacional tiene la responsabilidad política y
moral de esclarecer la verdad sobre las numerosas violaciones de los
derechos humanos que ha llevado a cabo Marruecos sobre el pueblo
saharaui desde 1975. Y Marruecos deberá indemnizar los daños.
Desde
1991, la MINURSO (Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en
el Sáhara Occidental) entró en escena con el objetivo de establecer
la paz y de que se realizara el referéndum. Se han sucedido varios
planes para la consecución del referéndum, conocidos como Planes
Baker I, II y III. Ninguno ha resultado exitoso. Marruecos defiende
un Sáhara Occidental marroquí, con cierta autonomía, pero sin
independencia. Y si se realizara el referéndum, no permitiría otro
censo que no fuera con los colonos marroquíes en él incluidos. Dado
que los marroquíes que hoy se encuentran en el Sáhara Occidental
son mucho más numerosos que los saharauis, el referéndum
manifestaría la no independencia. Por su parte, el Frente Polisario
defiende el derecho a la independencia de su pueblo con el censo
llevado a cabo por España en 1974, el cual incluye en él sólo a la
población saharaui habida en ese momento. Éste es el censo que debe
utilizarse.
¿Solución
al conflicto por la vía diplomática?, muy complicado viendo el
análisis y evolución del conflicto. Además, Marruecos cuenta con
el apoyo determinante de EEUU y Francia (aparte de los acuerdos
comerciales con muchos países europeos), lo que impide cualquier
represalia hacia el país ocupante. El conflicto se encuentra en una
situación en la que no hay guerra ni paz. Y, mientras tanto, los
saharauis siguen siendo oprimidos y reprimidos en el territorio
ocupado, y viviendo en precarias situaciones en los campos de
refugiados. La única salida realista ahora mismo es la vía armada.
El Frente Polisario ha intentado ejercer su derecho a la
autodeterminación por la vía pacífica, por la vía diplomática,
pero, debido a que Marruecos no quiere que se solucione este
conflicto por esta vía, habrá que buscar otra. Si el Frente
Polisario volviera ahora mismo a las armas, esta iniciativa tendría
una absoluta legitimidad.
Como te lo has currao. Ole.
ResponderEliminarQuique me ha encantado tu relato personal sobre el conflicto saharaui. Magnífica capacidad de síntesis, perfecto en cuanto a Cronología y ameno en su lectura.
ResponderEliminarUn abrazo